Entre bajo su propio riesgo.

La Dark Web es el paraíso de lo ilegal: venta de drogas, armas, pornografía extrema, explotación de menores, terrorismo y todo tipo de contenidos ilícitos. Es el lado más oscuro de la Web.

Se estima que actualmente existen más de 4,000 millones de sitios en esa red, aunque es muy difícil determinar el número exacto. ¿La razón? Los servidores y redes están hospedados en los denominadas Darknets, siendo TOR la más reconocida.

Aventurarse al territorio oscuro de la red global requiere reforzar la protección y extremar precauciones, pues las ciberamenazas se multiplican, exponiendo aún más los datos personales y sensibles. Y es que la anarquía reina en la Dark Web pues no existen reglas de ningún tipo, lo que multiplica exponencialmente el riesgo para alguien que se aventure a sumergirse en ella.

En primera instancia, un usuario puede tener acceso a contenido altamente delicado, toparse con delincuentes, ser infectado por malware y, lo más grave, ser partícipe de actividades ilegales.

Además, si un individuo es sorprendido adquiriendo armas, intercambiando pornografía infantil o comerciando contenido cuestionable, por ejemplo, también puede ser arrestado, pues los sitios de la Dark Web son vigilados por policías cibernéticos e investigadores, quienes rastrean permanentemente lo que fluye por ellos, y pueden ser culpados por complicidad, aunque hayan entrado sólo por curiosidad.

De acuerdo con una investigación sobre los foros más activos de la Dark Web, en ellos se ofrecen servicios para atacar sitios web, comprar y vender bases de datos y acceder a recursos web; además, se calcula que hay más de 8 millones de usuarios registrados, 7 millones de temas y 80 millones de publicaciones.

Por si fuera poco, navegar por la Dark Web es como avanzar en un campo minado: Se estima que existen hasta 50,000 grupos extremistas en ella; los servicios de los sicarios que se promueven ahí pueden ascender hasta $20,000 dólares; el 96% de las páginas hospedadas en la Dark Web no se encuentra en los buscadores como Google o Bing, y las 60 páginas más grandes de la Dark Web ocupan 750 TB, más que toda la “Surface Web”.

 

 

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También cabe mencionar que Edward Snowden la utilizó para filtrar los documentos de la NSA, y que Silk Road, el mercado negro de drogas, ganó $1,200 millones de dólares mientras estuvo abierto.

Amenazas al acecho

Conocida también como el internet invisible, la Dark Web plantea peligros importantes. Desglosemos algunos de los más representativos:

Infección por malware. Sin advertirlo, los visitantes de la web oscura pueden descargar malware cuando bajan archivos pensando que es un programa legítimo, pero que ha sido alterado intencionalmente.

Hay que tener en cuenta que muchas personas entran con el propósito de obtener software malicioso para usarlo en su propio provecho. Esto puede ser un arma de doble filo: se paga por un software malicioso para provocar daños, pero el daño final es provocado al comprador mismo.

Robo de datos personales. Si en la Web regular esto sucede, cuanto más en la Dark Web. Los atacantes que están al acecho pueden recopilar información personal y delicada para venderla posteriormente. Y no escatimarán en intentos y uso de herramientas sofisticadas para lograr lanzar un ataque o confundir al visitante para cometer un error para dar acceso a su información.

Visita a páginas apócrifas. Si hay algo que abundan en el internet invisible son las páginas falsas, actividad que los ciberdelincuentes realizan todo el tiempo. Evidentemente, lo que buscan es que la página parezca legítima para no despertar la sospecha de los visitantes y poder comprometer su seguridad y extraer sus datos personales.  

Libertad en riesgo. Es bastante común que los foros en este inframundo virtual estén vinculados a actividades ilegales, como venta de armas y droga, contratación de hackers y trata de personas, entre otras, por lo que el simple hecho de entrar puede ser motivo para que una persona sea considerada cómplice. Las autoridades a cargo de investigar estos delitos utilizan tecnología para identificar los rastros digitales que deja un individuo a su paso, que se utilizan como evidencia.

Efecto mariposa. Visitar la Dark Web puede no solamente tener consecuencias para la persona involucrada, sino también para terceros. Si el empleado de una compañía, por ejemplo, llega a descargar malware, éste puede propagarse por la red, afectando a los sistemas críticos.

Estafas. Algunas investigaciones sugieren que la web oscura ofrece muchos servicios ilegales, los cuales son ofrecidos por “profesionales” que simplemente buscan engañar a usuarios ingenuos para robarles enorme sumas de dinero. El robo de datos también se aprovecha para robar identidades o información personal que los ciberdelincuentes utilizarán para extorsionar.

 

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Cautela y sentido común

Tener sentido común y tomar todas las medidas de precaución necesarias es el primer paso para adentrarse a la Dark Web. Si alguien visita esta red, debe tratar de no dejar expuestos sus datos personales en foros ni descargar archivos de los cuales desconozcan sus contenidos.

Contar con herramientas de protección es un requisito para navegar de manera más segura. Existen en el mercado varias alternativas gratuitas y de pago que pueden reforzar la seguridad y prevenir la fuga de datos o la descarga de malware altamente dañino.

En este sentido, todo el software de ciberseguridad y los sistemas operativos deben mantenerse al día, con las actualizaciones más recientes. Es recomendable mantener activa la funcionalidad de actualización automática, así como asegurarse que todos los archivos se instalen correctamente.

Existen páginas y aplicaciones a las que se puede acceder desde los navegadores a través de los cuales se entra a la Dark Web, como Tor o Subgraph. En caso de hacerlo, es importante verificar siempre que sean las páginas legítimas, ya sea para descargar software o entrar a redes sociales u otros sitios.

Hay que señalar que no todo es ilegal en la Dark Web. Existe información de todo tipo que puede ser aprovechada para propósitos más positivos, pero al ser un espacio tan enorme hay espacio para contenidos de dudosa procedencia.

Acceder a la web oscura no es por sí mismo un acto ilegal y es relativamente sencillo. Lo importante, como ya se dijo, es tomar mayore precauciones y estar alerta todo el tiempo del contenido y a los espacios a los que se entra, así como de la información que se provee.

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